Entradas

Dios no elige personas capacitadas. El capacita a los elegidos

Imagen
Dios no elige personas capacitadas. El capacita a los elegidos. Originalmente escrito para www.devocionaldiario.com Autorizado para ser publicado en www.laroca-minitserios.com.ar; www.larocaministerios.blogspot.com La certeza que da título al presente devocional no es de mi autoría. Alguien más, cuyo nombre desconozco, la dejó escapar para que fuera de bendición para todos nosotros. ¡Y qué tremenda verdad!.  Cuando Dios eligió a Moisés para sacar a su pueblo de la esclavitud de Egipto, este hombre no estaba capacitado para la titánica epopeya. Y de esos ejemplos sobreabundan en la Escrituras. Hace unos días tuve un incómodo encuentro con una persona. Traté de evitarlo, pero la otra parte fue quien lo buscó. Se trata de una mujer que por motivos que no me incumben, ni con los que tengo nada que ver; había sido despedida justamente del puesto que hoy ocupa quien esto escribe. “-¡Espero que sepa apreciar el valor de quienes tiene a su alrededor y que esté a la altura del puesto

Rebelándome por sobre las circunstancias

Imagen
Rebelándome por sobre las circunstancias Escrito originalmente para www.mensajesdeanimo.com Autorizado para ser publicado en www.laroca-ministerios.com.ar; www.larocaministerios.blogspot.com Hace poco más de un año, escribí “Poniéndome de pie por sobre las circunstancias” y más o menos por la misma época “Dios sin instrucciones”. Y es que honestamente, amado lector, estaba pasando por una prolongada crisis y ya no sabía qué, cómo, de qué modo, ni cuándo pedirle a Dios que me sacara de ella. Pero hace muy poco tiempo y ya algo más tranquilo, las respuestas comenzaron a hacerse evidentes. E insisto: “hacerse evidentes” son los términos que empleo; no “comenzaron a llegar” que es otra cosa bien distinta. Creo que las respuestas que necesitaba estuvieron siempre ahí. Que Dios en su amor y misericordia para conmigo, las envió inmediatamente, sólo que yo no estaba en condiciones de verlas. “Señor, muéstrame”; “Señor, abre mis ojos” o “Señor, que recobre la vista” eran oraciones que h