Ciclo "Lo dice en serio"- Por tu conducta te conocerán

Ciclo "Lo dice en serio". Por tu conducta te conocerán
Audio y Síntesis del mensaje compartido por Joaquin Ravanelli el 18/02/2018
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POR TU CONDUCTA TE CONOCERÁN… y lo dice MUY EN SERIO!

No es buen árbol el que da malos frutos,  ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto;  pues no se cosechan higos de los espinos,  ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno,  del buen tesoro de su corazón saca lo bueno;  y el hombre malo,  del mal tesoro de su corazón saca lo malo;  porque de la abundancia del corazón habla la boca. (Lucas 6:43-45 RV60)

Guardaos de los falsos profetas,  que vienen a vosotros con vestidos de ovejas,  pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.  ¿Acaso se recogen uvas de los espinos,  o higos de los abrojos? Así,  todo buen árbol da buenos frutos,  pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos,  ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto,  es cortado y echado en el fuego. Así que,  por sus frutos los conoceréis. (Mateo 7:15-20 RV60)

Jesús dijo: “por sus frutos los conoceréis” (Mateo  7:16).

Tenemos un pasaje en el que Jesucristo nuevamente nos confronta, y quiero preguntarte:

¿Tenés bien en claro cuáles son los frutos que tenés en tu vida?

Y la siguiente pregunta es:

¿Qué son esos “frutos”?

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores,  Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace,  prosperará. (Salmos 1:1-3 RV60)

El justo va a ser plantado junto a corrientes de aguas. VA A DAR FRUTOS.

Bendito el varón que confía en Jehová,  y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas,  que junto a la corriente echará sus raíces,  y no verá cuando viene el calor,  sino que su hoja estará verde;  y en el año de sequía no se fatigará,  ni dejará de dar fruto. (Jeremías 17:7-8 RV60)

No importa el día de sequía. Tu árbol va a estar siempre verde.

Hemos estado viendo:

·         19/11: “Soy Discípulo”
·         26/11: “El discípulo y el sufrimiento”
·         31/12: “Los frutos del Reino de Dios”

¿Entonces? Las preguntas del principio no deberían sorprenderme.

Si soy Discípulo de Cristo, debo ir aprendiendo y creciendo. Se deben NOTAR los frutos del Reino de Dios.

Muestra imágenes de árboles. ¿Qué árboles son esos? No los podemos identificar claramente porque no vemos sus frutos. En un mismo sentido, los creyentes nos identificamos por los frutos. El que no dice nada, no habla, no sabemos quién es. Pero hay disfraces. “Lobos y rapaces” los llama el Señor, y nosotros debemos tener mucho cuidado. El lobo va a destruirte, está en medio de nosotros y parece oveja.  

Por ello tenemos en este pasaje cuatro conductas evidentes que Jesús espera que sí tengas en tu vida, para que lleves BUEN FRUTO:

1.       Una conducta de HABLAR CON GRACIA
2.       Una conducta de ARREPENTIMIENTO y HUMILDAD
3.       Una conducta de OBEDIENCIA y CONFIANZA
4.       Una conducta de AGRADECIMIENTO (sin importar la situación)

Y vamos a verlas una por una:

1.       Una conducta de HABLAR CON GRACIA

El hombre bueno,  del buen tesoro de su corazón saca lo bueno;  y el hombre malo,  del mal tesoro de su corazón saca lo malo;  porque de la abundancia del corazón habla la boca. (Lucas 6:45 RV60)

¡Generación de víboras!  ¿Cómo podéis hablar lo bueno,  siendo malos?  Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno,  del buen tesoro del corazón saca buenas cosas;  y el hombre malo,  del mal tesoro saca malas cosas. (Mateo 12:34-35 RV60)

Lo que no se puede ocultar por mucho tiempo. De la abundancia del corazón habla la boca. Es como el tubo de pasta de dientes. Nunca sabes lo que verdaderamente hay adentro hasta que lo “aprietas”.  Y es que en verdad no somos medidos tanto por nuestras “acciones”, sino por nuestras “reacciones”. En una situación adversa en la que todo se sale de nuestro control… ¿Qué debería hacer un discípulo de Cristo? (Mateo 7:21 – 23)

Tu esencia, tu tronco de vida es Cristo. “Yo los he elegido para que lleven fruto”, dice el Señor.

Por ello, Jesús nos limpia, poda las ramas del árbol, Y ESO DUELE. Pero esas ramas que han sido podadas, se cargan con más frutos.

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,  prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14 RV1960)

 Nuestra boca demuestra quiénes somos en realidad. Eso permite identificar rápido a los lobos, porque pueden hacer mucho daño. Que seamos astutos nos ordena el Señor (Mateo 10:16) y de la abundancia del corazón habla la boca, nos advierte (Mateo 12:34).

Hermanos míos,  no os hagáis maestros muchos de vosotros,  sabiendo que recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos muchas veces.  Si alguno no ofende en palabra,  éste es varón perfecto,  capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan,  y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves;  aunque tan grandes,  y llevadas de impetuosos vientos,  son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño,  pero se jacta de grandes cosas.  He aquí,  ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego,  un mundo de maldad.  La lengua está puesta entre nuestros miembros,  y contamina todo el cuerpo,  e inflama la rueda de la creación,  y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias,  y de aves,  y de serpientes,  y de seres del mar,  se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua,  que es un mal que no puede ser refrenado,  llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre,  y con ella maldecimos a los hombres,  que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición.  Hermanos míos,  esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos,  ¿puede acaso la higuera producir aceitunas,  o la vid higos?  Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. (Santiago 3:1-12 RV60)

Lo dice en serio. Lo dice MUY en serio! “Hermanos míos, esto no debe ser así” (Santiago 3:10). Que mi boca pronuncie sólo gracia.

Así que,  ofrezcamos siempre a Dios,  por medio de él,  sacrificio de alabanza,  es decir,  fruto de labios que confiesan su nombre. (Hebreos 13:15 RV60)

Sea vuestra palabra siempre con gracia,  sazonada con sal,  para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. (Colosenses 4:6 RV60)

El corazón del justo piensa para responder; Mas la boca de los impíos derrama malas cosas. (Proverbios 15:28 RV60)


Mi hablar es el fruto más evidente.
Se debe notar siempre que mis labios hablen con gracia


2.       Una conducta de ARREPENTIMIENTO y HUMILDAD

Somos un arma que puede causar mucho daño. Sin embargo cuando conociste a Jesús, comenzaste con un primer paso: te arrepentiste. Seguí dando ese paso. Un discípulo es una persona que se deja corregir. Cuando causamos un daño, nuestra actitud debería ser: “Te hice daño”, “¿Qué puedo hacer para remediarlo?”, “Perdoname”.

“Hermanos míos, esto no debe ser así” dice el Señor., porque…

De modo que si alguno está en Cristo,  nueva criatura es;  las cosas viejas pasaron;  he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios,  quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo,  y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo,  no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados,  y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. (2 Corintios 5:17-19 RV60)

Tengo el fruto del arrepentimiento.

Llevad mi yugo sobre vosotros,  y aprended de mí,  que soy manso y humilde de corazón;  y hallaréis descanso para vuestras almas; (Mateo 11:29 RV60)

Cuando necesitamos pedir perdón hay una gran carga en el corazón.


El fruto de un corazón arrepentido y humilde.
Siempre cometemos errores y debemos pedir perdón en humildad desde un corazón arrepentido.


3.            Una conducta de OBEDIENCIA y CONFIANZA

Obedezcan esto, dijo Dios desde el principio (Génesis 2:16 y 17). Dios quiere que le tengamos confianza. De la confianza surge la obediencia.

Respondió Jesús y le dijo:  El que me ama,  mi palabra guardará;  y mi Padre le amará,  y vendremos a él,  y haremos morada con él. (Juan 14:23 RV60)

Amados,  si nuestro corazón no nos reprende,  confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él,  porque guardamos sus mandamientos,  y hacemos las cosas que son agradables delante de él. (1 Juan 3:21-22 RV60)

Hay más de cien referencias a la obediencia. He aquí algunas de ellas:

Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios,  para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy,  también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. (Deuteronomio 28:1 RV60)

Camino a la vida es guardar la instrucción; Pero quien desecha la reprensión,  yerra. (Proverbios 10:17 RV60)

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. (Juan 15:16 RV1960)

¿Qué le pasó al rey Saúl? Perdió su reino por no tener confianza en Dios. Prefirió conformar las demandas del pueblo que confiar en Dios. Cuando no hay confianza en Dios no hay obediencia.


El fruto de la obediencia y la confianza en Dios.
Dios Padre promete amarnos y hacer morada dentro nuestro y darnos todo lo que pedimos.


4.            Una conducta de AGRADECIMIENTO (sin importar la situación)

Si sos un discípulo de Cristo, es imposible que esta conducta no aparezca en tu corazón. ¿Voy a agradecer sólo cuando las cosas van bien? ¿Quién tiene una conducta de agradecer cuando las cosas van mal?

Alabad a Jehová, porque él es bueno;  Porque para siempre es su misericordia. (Salmos 107:1 RV60)

Y sabemos que a los que aman a Dios,  todas las cosas les ayudan a bien,  esto es,  a los que conforme a su propósito son llamados. (Romanos 8:28 RV60)

Como seres humanos tenemos una visión muy corta de las cosas. Más Dios tiene una visión plena, global de todo lo que nos acontece. Gracias ¿por qué? Porque te dio el regalo de la Vida Eterna.

Dad gracias en todo,  porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. (1 Tesalonicenses 5:18 RV60)
Me cuesta ver que todas las cosas ayudan a bien. Nosotros no sabemos por qué  pasan las cosas. DIOS, SÍ.

Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones,  a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo;  y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,  enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis,  sea de palabra o de hecho,  hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,  dando gracias a Dios Padre por medio de él. (Colosenses 3:15-17 RV60)

Dios te quiere enseñar algo aunque creas que esta situación te está volviendo loco.


El fruto de un corazón agradecido.
Es la paz de Dios sobreabunda, y nuestro fruto refleja nuestro agradecimiento a Él en toda situación.



¿Son éstas tus conductas?
¿Estás dando frutos?
¿Qué dicen las demás personas de vos?
¿Qué decís vos de vos mismo?
¿Qué árbol es el que se ve?
¿Estás llevando buenos frutos?

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