PARTICIPEMOS DEL PAN Y DEL VINO

Cuando nos reunimos como Iglesia para que participemos del pan y del vino
Síntesis  del mensaje compartido por el Pastor Diego Brizzio el 13/08/2017
Iglesia Cristiana Evangélica “Sígueme”


Cuando nos reunimos como Iglesia…

Y mientras comían,  tomó Jesús el pan,  y bendijo,  y lo partió,  y dio a sus discípulos,  y dijo:  Tomad,  comed;  esto es mi cuerpo. Y tomando la copa,  y habiendo dado gracias,  les dio,  diciendo:  Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto,  que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid,  hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
(Mateo 26:26-29 RV60)

Y tomó el pan y dio gracias,  y lo partió y les dio,  diciendo:  Esto es mi cuerpo,  que por vosotros es dado;  haced esto en memoria de mí. De igual manera,  después que hubo cenado,  tomó la copa,  diciendo:  Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre,  que por vosotros se derrama. (Lucas 22:19-20 RV60)

La copa de bendición que bendecimos,  ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?  El pan que partimos,  ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan,  nosotros,  con ser muchos,  somos un cuerpo;  pues todos participamos de aquel mismo pan.
(1 Corintios 10:16-17 RV60)

Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado:  Que el Señor Jesús,  la noche que fue entregado,  tomó pan; y habiendo dado gracias,  lo partió,  y dijo:  Tomad,  comed;  esto es mi cuerpo que por vosotros es partido;  haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa,  después de haber cenado,  diciendo:  Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre;  haced esto todas las veces que la bebiereis,  en memoria de mí. Así,  pues,  todas las veces que comiereis este pan,  y bebiereis esta copa,  la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente,  será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto,  pruébese cada uno a sí mismo,  y coma así del pan,  y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente,  sin discernir el cuerpo del Señor,  juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros,  y muchos duermen. Si,  pues,  nos examinásemos a nosotros mismos,  no seríamos juzgados; mas siendo juzgados,  somos castigados por el Señor,  para que no seamos condenados con el mundo. (1 Corintios 11:23-32 RV60)

PARA QUE PARTICIPEMOS DEL PAN Y DEL VINO
Nos reunimos para hacer memoria… (Luc. 22:19), pero hay cosas que no tienen que faltar, que es fundamental.

I - PARA RECORDAR LO FUNDAMENTAL DE CRISTO

En memoria de mí…

a)      QUIÉN ES ÉL (Luc. 22:19)

Emanuel.
Verbo.
Dios manifestado en carne.
La Deidad y su humanidad Como dios haciendo milagros y maravillas. Como hombre naciendo como un niño, viviendo y sintiendo como hombre.

b)      SU MUERTE VICARIA, REDENTORA (Mateo 26:28)
Que murió en lugar de los culpables.

c)       QUE HA BENEFICIADO A TODOS LOS CREYENTES (I Cor. 10:16)
Hemos sido perdonados por la obra de Jesucristo.

Ahora,  pues,  ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,  los que no andan conforme a la carne,  sino conforme al Espíritu. (Romanos 8:1 RV60)

d)      QUE LOS CREYENTES FORMAMOS UN SOLO CUERPO (I Cor. 10:17)
Esa experiencia hace que Dios nos considere a todos nosotros como un solo cuerpo. Tenemos que aprender a ver la Comunidad como algo muy sagrado.

e)      QUE RESUCITÓ, QUE ASCENDIÓ, Y REGRESARÁ A REINAR (Mateo 26:29)
Vamos a celebrar esa cena y a beber el vino con Él. Es una promesa de Él.

II – PARA MEJORAR NUESTRA RELACION CON CRISTO

a)      ENCENDIENDO NUESTRO CORAZÓN CON FE Y CON GOZO
Cuando venimos de corazón, el Espíritu Santo encuentra el canal abierto para infundir fe y gozo. Nos genera gozo al creer que Él intercede a nuestro favor. Es una certeza profunda. La Cena del Señor no es solamente para RECORDAR, sino para que nos gocemos nuevamente al recordar las verdades de Cristo. Exige, demanda un esfuerzo de nuestra mente.

PRESTAR ATENCIÓN. No puede llegar la fe y el gozo a menos que antes hayamos prestado atención.

b)      CONFESANDO Y CORRIGIENDO NUESTRA MALA CONDUCTA (I Corintios 11:28)
En el caso de los corintios había entre ellos un muy serio problema de discriminación. Hoy en día este problema aún existe en la Iglesia.
¿Cuál es la amonestación de Pablo? ¿Cómo puede ser esto? Examínese cada uno delante del Señor. Es una cosa muy seria, estamos contradiciendo con nuestra conducta, lo que celebramos.
-Hemos sido limpiados, beneficiados con el perdón de Dios y tenemos conductas sucias, no dejamos malos hábitos, hay mentiras, deshonestidad, violencia en la familia.

-Tenemos conductas que van en contra de la unidad y la igualdad. Marginación, chisme, murmuración, partidismo, discriminación.

¿Qué hay que hacer? Examinarse a sí mismo. Confesar y soltarlo. Hay personas que no pueden con esto y ante ello, no participan de la Cena.  No participar, es DOBLE desobediencia, es querer arreglar un pecado con otro pecado. Dios nos insta a RESOLVERLO INMEDIATAMENTE.


RECORDAR LO FUNDAMENTAL DE LA CELEBRACIÓN DE LA CENA DEL SEÑOR, NOS AYUDA Y ESTIMULA A CORREGIR NUESTRAS MALAS CONDUCTAS.

Imagen: Diego Brizzio. Todos los derechos reservados.

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