CUANDO NOS REUNIMOS COMO IGLESIA ORAMOS

Cuando nos reunimos como Iglesia ORAMOS
Síntesis  del mensaje compartido por el Pastor Carlos Musso el 20/08/2017
Iglesia Cristiana Evangélica “Sígueme”


Venimos viendo a la luz de la Biblia por qué debemos reunirnos como Iglesia y qué nos dice la Palabra que debemos hacer cuando nos reunimos, tomando como base el texto de Hechos 2:41-47 y varios textos más que amplían esta enseñanza:

Así que,  los que recibieron su palabra fueron bautizados;  y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles,  en la comunión unos con otros,  en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona;  y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos,  y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes,  y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo,  y partiendo el pan en las casas,  comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios,  y teniendo favor con todo el pueblo.  Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. (Hechos 2:41-47 RV60)

Así vimos que:

·         Cuando nos reunimos somos fortalecidos por Dios

·         La ausencia debilita
·         Somos fortalecidos cuando nos reunimos para hacer lo que Él nos ha dejado establecido: considerar Su Palabra, participar del pan y del vino, bautizar y orar.
·         Somos fortalecidos por Dios cuando nos reunimos todos aportando cada uno los diferentes dones y talentos que Dios ha dado fortaleciendo y potenciando el crecimiento de Su Iglesia.
·         Somos fortalecidos por Dios cuando nos reunimos todos unánimes, es decir con un solo interés: Jesucristo, como conocerlo, alabarlo, adorarlo y seguirlo más cada día. 
·         Somos fortalecidos por Dios cuando nos reunimos todos unánimes perseverantemente, en cuanto dependa de nosotros procuremos estar en los encuentros como iglesia los días domingos, pongamos el encuentro como prioritario en nuestra vida, el hacerlo traerá fortalecimiento y bendición para cada uno de nosotros y para la Iglesia en su conjunto!

·         Cuando nos reunimos exponemos y recibimos LA VERDAD de la Palabra de Dios:

·         Todo el tiempo estamos expuestos a mucha información falsa y mentiras que buscan desacreditarla verdad de la Palabra de Dios. Cuando nos reunimos como Iglesia exponemos y recibimos la verdad de Dios a través de Su Palabra la cual nos exhorta, enseña, convence de pecado, reprende y nos anima y nos ayuda a que cada día Cristo se vaya reflejando mucho más en nuestro diario vivir.

·         Cuando nos reunimos como Iglesia participamos del pan y del vino

·         Lo hacemos para recordar lo fundamental de Cristo: quién es Él, su muerte vicaria y redentora, reconocemos que es el único que puede perdonar pecados, que somos parte de un solo cuerpo y que resucitó, ascendió y regresará a buscarnos y reinar por siempre.
·         Lo hacemos para mejorar nuestra relación con Cristo al contemplar Su Persona y lo que Él ha hecho, hace y hará por cada uno de nosotros. Nuestra fe se ve acrecentada, el gozo es manifestado y Cristo es exaltado por cada uno de nosotros y como Iglesia en conjunto.
·         Es también un momento de evaluación personal y confesión de pecados no confesados, participamos del pan y del vino recordando que Jesús murió por nuestros pecados y que al confesarlos Él los perdona.

Hoy vamos a estar considerando

LA ORACIÓN CUANDO NOS REUNIMOS COMO IGLESIA

Vemos en varios pasajes que los cristianos de la Iglesia primitiva cuando se reunían oraban juntos al Señor:

·         Hechos 1:14 “Todos éstos perseveraban unánimes en oración…”
·         Hechos 2:42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles,  en la comunión unos con otros,  en el partimiento del pan y en las oraciones.”
·         Hechos 4:31 “Cuando hubieron orado,  el lugar en que estaban congregados tembló…”
·         Hechos 12:12 “…llegó a casa de María … donde muchos estaban reunidos orando.”
·         Hechos 13:1-3 “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía,  profetas y maestros…  Ministrando éstos al Señor,  y ayunando,  dijo el Espíritu Santo:  Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces,  habiendo ayunado y orado,  les impusieron las manos y los despidieron.”

Orar es una de las formas de comunicación que tenemos para con Diios y Dios para con nosotros establecida por Él.

Orar es una expresión práctica espiritual que muestra y evidencia nuestra necesidad de Dios y que reconoce en Dios y todo lo que Él es, el motivo de nuestra oración.

Orar es un ejercicio espiritual que colabora al desarrollo de nuestra fe en Dios.

Somos edificados como Iglesia, fortalecidos y estimulados en nuestra fe al orar juntos y compartir juntos las respuestas de Dios a esas oraciones.

Vamos a ver en la Biblia cuáles eran los motivos de oración y cómo oraban los primeros cristianos.

 ¿Por qué motivos oraban?

·         Por la extensión de la Palabra y que ésta fuera expuesta con denuedo, es decir con valor, energía y decisión firme al hacerlo. “… orando por mí,  a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio” (Efesios 6:19).
·         Por los misioneros que estaban en el campo y por los que estaban por salir. “Orando también al mismo tiempo por nosotros,  para que el Señor nos abra puerta para la palabra” (Colosenses 4:3); “Entonces,  habiendo ayunado y orado,  les impusieron las manos y los despidieron” (Hechos 13:3).
·         Por la salvación de las almas. “Exhorto ante todo,  a que se hagan rogativas,  oraciones,  peticiones y acciones de gracias,  por todos los hombres … porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (I Timoteo 2:1, 3 y 4).
·         Por las autoridades y por la paz en el mundo. “Exhorto ante todo,  a que se hagan rogativas,  oraciones,  peticiones y acciones de gracias,  por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia,  para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad” (I Timoteo 2:1-2).
·         Por los que estaban presos por causa del Evangelio de Jesucristo. “Orando también al mismo tiempo por nosotros … a fin de dar a conocer el misterio de Cristo,  por el cual también estoy preso” (Colosenses 4:3).
·         Por sanidades y milagros. “Y ahora,  Señor,  mira sus amenazas,  y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús” (Hechos 4:29-30).
·         Para ser librados de hombres perversos. “… hermanos,  orad por nosotros,  para que la palabra del Señor corra y sea glorificada … y para que seamos librados de hombres perversos y malos” (II Tesalonicenses 3:1-2).
·         Por los pastores, por la presencia del Espíritu Santo en la vida diaria, para que el gozo del Señor sea su fortaleza, por discernimiento, sabiduría, protección, salud, paz, firmeza y por su matrimonio y familia (Efesios 1:18-20; Efesios 3:16-19; Filipenses 1:9-11; Colosenses 1:9; II Tesalonicenses 3:5; Filemón 1:4-6).

¿Cómo oraban?

·         Con entendimiento y con palabras que los oyentes pudiesen entender y decir “amén” a la oración escuchada. “Porque si yo oro en lengua desconocida,  mi espíritu ora,  pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué,  pues?  Oraré con el espíritu,  pero oraré también con el entendimiento …  Porque si bendices sólo con el espíritu,  el que ocupa lugar de simple oyente,  ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho” (I Corintios 14:14-16).
·         En todo tiempo, perseverando y con súplicas en el Espíritu Santo. “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu,  y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:18).
·         Unánimes, es decir con un mismo interés: Jesucristo glorificándose en estas oraciones, estando reunidos todos juntos, hombres y mujeres. “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego,  con las mujeres,  y con María la madre de Jesús,  y con sus hermanos” (Hechos 1:14).
·         En algunas oportunidades, de rodillas. “Cuando hubo dicho estas cosas,  se puso de rodillas,  y oró con todos ellos” (Hechos 20:36).
·         Con acción de gracias, es decir confiando en la Gracia de Dios para con sus hijos en que Él oye y responde las oraciones. “Perseverad en la oración,  velando en ella con acción de gracias” (Colosenses 4:2).

El Señor Jesús nos dio ejemple de cómo Él valoraba y pasaba tiempo en oración con el Padre.

A unos que confiaban en sí mismos como justos,  y menospreciaban a los otros,  dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar:  uno era fariseo,  y el otro publicano. El fariseo,  puesto en pie,  oraba consigo mismo de esta manera:  Dios,  te doy gracias porque no soy como los otros hombres,  ladrones,  injustos,  adúlteros,  ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana,  doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano,  estando lejos,  no quería ni aun alzar los ojos al cielo,  sino que se golpeaba el pecho,  diciendo:  Dios,  sé propicio a mí,  pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro;  porque cualquiera que se enaltece,  será humillado;  y el que se humilla será enaltecido. (Lucas 18:9-14 RV60)


Al orar recordemos que el Señor mira más que nuestras poses o palabras, nuestra actitud del corazón. 

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