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Mostrando las entradas de marzo, 2014

Una buena dosis de “Triple C” para un alma triste y solitaria

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com No soy de tener muchos “amigos”. Hay personas que tienen legiones de amigos. Todo el mundo los quiere, todo el mundo los busca, todo el mundo quiere estar con ellos. Tienen cientos de seguidores en las redes sociales. Quien esto escribe ni remotamente es así. Justamente todo lo contrario. En todos los sitios a donde voy generalmente soy de perfil muy bajo, suelo sentarme en el último asiento del templo a menos que alguien me invite a hacerlo más adelante. Reservado, a veces muy reservado; tal vez demasiado reservado para ser más gráfico y directo. Días atrás, venía con uno de mis amigos luego del culto en el templo donde actualmente asisto. En el corto trayecto desde el salón hasta la calle, al menos siete personas lo pararon para saludarlo, mientras que en ese mismo lugar, en ocho meses sólo tres personas han preguntado mi nombre y excepto dos o tres, el resto ni siquiera sabe que soy escritor. Sólo soy capa

En mis temores, usa mi vida, Señor

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hace poco ví una breve entrevista por TV a un famoso dibujante en nuestro país. En realidad la mini-entrevista formaba parte del programa, ya que durante el mismo, el entrevistado debía ilustrar un cuento para niños mientras éste se leía voz en off. Como en este caso, el relato era de miedo, una de las preguntas fue si cuando niño tuvo miedo. Como era de esperarse la respuesta fue afirmativa. ¿Qué niño no tiene o tuvo miedo? ¡Lo tenemos los adultos, miren si no va a sentir miedo un niño! Pero el dibujante decía que cuando tenía temor de algo, intentaba dibujarlo. Cuando lo veía plasmado en el papel y dibujado por él, como que ya no le tenía tanto miedo… Una manera un tanto particular para un niño de enfrentar sus temores… pero ¡absolutamente válida! Unas cuantas veces he hecho mención de mi problema para viajar en los medios de transporte. Lo he descrito como “síndrome vertiginoso”, “mareos”, etc. hasta que fin

Dos hombres: dos caras de un mismo mensaje

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com En el cap. 7 del libro de los Hechos, hallamos a dos hombres con fuego en el corazón rendido en apasionado servicio a su Dios. Dos hombres imitadores de su Dios. Saulo y Esteban. Desde la antigua época del éxodo, Dios obró maravillas y prodigios en favor del pueblo de Israel, contra sus enemigos. Derrotó las huestes de Faraón sepultándolas bajo el agua, libró la batalla junto a Gedeón con sólo trescientos hombres, derribó los muros de Jericó al son de las trompetas y no perdonó a los enemigos del pueblo de Israel entregándoles en su mano la Tierra Prometida. No es de extrañarse, entonces, que Saulo tuviera un singular y sincero celo por servir a Dios asolando la iglesia, entrando casa por casa arrastrando fuera a hombres y mujeres creyentes y metiéndoles en la cárcel (Hechos 8:3). En su precario entender, la iglesia representaba una tremenda amenaza para la fe y la nación judía, por lo que honestamente estaba ab

Hombre de barro

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Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com “ Formó, pues, El SEÑOR Dios al hombre del polvo de la tierra, …” (Gen. 2:7a RVR2000) Hace unos días vino a mi recuerdo uno de esos breves tiempos felices en medio de la adversidad, cuando niño. Mi madre iba a ayudar a su hermana quien recientemente   había tenido mellizos y mientras permanecíamos en aquella casa era tiempo de largas horas de juegos con el hermano mayor, como de mi edad. La hermanita que les seguía aún era muy pequeña para involucrarse con nosotros. Las vueltas que tiene la vida, o ¡qué interesante cómo hace Dios las cosas! Hoy esa hermanita melliza recién nacida de entonces, es ministra de música en una gran iglesia en Buenos Aires y el otro hermanito mellizo es uno de los pastores en la iglesia a la que actualmente asisto… Mientras que entre aquél hermano mayor con el que compartíamos aquellas largas jornadas de juegos y quien esto escribe, por quién sabe qué circunstancias de la vida hoy e

Estableciendo bases

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Estableciendo bases Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com En unos meses más, Dios mediante, mi esposa y yo cumpliremos Bodas de Plata. Recuerdo que durante los meses siguientes a nuestro compromiso, con gran sacrificio y casi sin posibilidades de crédito, comencé a adquirir muebles y algunos pequeños electrodomésticos, que estimé nos serían de primera necesidad. Es decir lo básico, imprescindible y elemental. Más adelante, una vez casados, lo primero que hice fue trabajar en establecer bases económicas y financieras suficientes como para poder acceder a todo aquello que estimé, nos hacía falta y ya no me resultaba posible adquirirlo de contado.   Pero así como tuve esa “genial idea” de establecer bases para adquirir bienes muebles, fácilmente deteriorables y de rápida desvalorización en el tiempo, no supe echar los fundamentos para alcanzar las bendiciones mayores, como la casa propia. Me conformé a vivir cómodamente en una propiedad de la familia.