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Mostrando las entradas de marzo, 2012

Phan Thi Kim Phuc. La diferencia entre un ser "quemado" o un ser que "arde"

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Phan Thi Kim Phuc-La diferencia entre un ser quemado y un ser que arde Por: Luis Caccia Guerra para www.mensajesdeanimo.com Autorizado para ser publicado en: www.laroca-ministerios.com.ar; www.larocaministerios.blogspot.com Alguien comparó sabiamente el perdón de Nuestro Señor con “la intensa fragancia que emana de una rosa destrozada”.  Y es que cuanto más rotos, los pétalos de una rosa liberan con mayor intensidad su exquisita fragancia. Así sucedió con Nuestro Señor: de su cuerpo destrozado en la cruz del Calvario todavía brota intensamente la fragancia del perdón de Dios para todos nuestros pecados, de una vez y para siempre. La historia que nos ocupa hoy, tiene alguna relación con esto y ocurrió durante la guerra de Vietnam, en 1972. Phan Thi Kim Phuc, en ese entonces, una niña vietnamita de nueve años, fue alcanzada junto a su familia por bombas de NAPALM arrojadas por soldados estadounidenses sobre su aldea. Con su pequeño y frágil cuerpito quemado,  se despojó rápidamente de

Falta una pieza en el rompecabezas

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Falta una pieza en el rompecabezas Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Autorizado para ser publicado en: www.laroca-ministerios.com.ar; www.larocaministerios.blogspot.com Cada domingo, junto con mi Biblia llevo mi cuaderno de notas a la iglesia. Me siento junto a mi familia en alguna de las últimas sillas del amplio salón y desde allí participo, observo, escucho atentamente cada detalle que ocurre adelante en el púlpito, cerca de él y a mi alrededor.  Invariablemente siempre me llega alguna palabra interesante para anotar. Esto puede ser a través del sermón, de alguna enseñanza de los pastores que oran por las ofrendas; de algún testimonio, de la propia alabanza o tal vez de algún evento que ocurre, que sin importar qué tan pequeño e insignificante sea, el Señor me lo muestra y sirve de fuente de inspiración. Para ser franco, hace mucho tiempo, tanto que ya perdí la cuenta de cuánto; que esto no me ocurría. Sin embargo, hay “mensajes” que no entiendo. Y esto me preo

Talentos que no llegan a nada. "Sin talentos" que llegan muy lejos

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Talentos que no llegan a nada. “Sin talentos” que llegan muy alto. ¿Qué hace la diferencia? Esa es la pregunta que me surgió mientras veía un programa de TV donde actuaba una mundialmente conocida deportista argentina. Ella tiene un talento muy especial para los deportes en general, pero reconoció que sin aprender una técnica, sin una alimentación adecuada, sin el entrenamiento y la práctica suficientes, el talento sólo, no sirve demasiado. Asimismo, uno de los periodistas que la acompañaban, vio el “otro lado” de la situación. Es decir, cuántos “sin talento” han sabido llegar muy alto, aludiendo al conductor del programa. Este, en tono jocoso, reconoció que mucho talento no tenía; más bien se refirió a sí mismo como “lento”… sin “ta - lento”. Pero los periodistas insistieron en que dicho conductor tiene perseverancia, trabaja mucho, pone mucho de sí mismo para que las cosas salgan lo mejor posible. Y eso es muy cierto. A pesar de su autorreconocida torpeza, es uno de los conductores

En tu dulce presencia, Señor

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Cuando uno se mete de lleno en la alabanza, no es sólo cantar “con la voz, y a viva voz” (perdón por el error literario, pero si lo digo de otra forma tal vez no logre hacerme entender). Muchas veces he hecho esto, pero cuando recibí las felicitaciones del que estaba en la silla de al lado por lo bien que lo hice; y en el culto siguiente comencé a pensar: “¡Pero, qué bien lo estoy haciendo!”… ¡Dios, mío! ¿¡Qué es lo que estoy haciendo!?. Hace tiempo tuve oportunidad de conocer a un hermano de esos que prefiero evitar. Sólo intercambiar el saludo y las palabras lo más breves posibles, fue más que suficiente para quien esto escribe. Hombre de gran conocimiento de la Biblia, dueño de una excelente cultura general y experiencia muy amplia en unos cuantos rubros... Pero habituado a los comentarios ácidos, irónicos, descalificantes, sutilmente venenosos. Después de proferir alguna de sus “opiniones” lo escuchaba cantar como el tenor que era y que por si fuera poco, también tenía conocimiento

Milagro de luz II

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Milagro de luz II Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Dice el Evangelio (Marcos 10; Mateo 20 y Lucas 18) que venía Jesús, sus discípulos y una gran multitud junto a ellos saliendo de Jericó; cuando Bartimeo el ciego, sentado junto al camino mendigando, oyó que era Jesús y comenzó a llamarle a viva voz: -¡Jesús, Hijo de David! ¡Ten misericordia de mí! No podemos saber a ciencia cierta si Bartimeo era ciego de nacimiento o en algún momento de su vida perdió la vista como consecuencia de algún evento desafortunado. Sí sabemos que como ciego, como impedido, no podía valerse por sí mismo y no le quedaba otra opción que vivir en la pobreza y de la caridad de la gente. Hoy en día una persona no vidente, aún tiene alternativas a pesar de los prejuicios y discriminación que muchas veces tiene que enfrentar, para poder sostenerse con una profesión o un trabajo digno. Pero en aquellos tiempos no era así. A aquellas personas con malformaciones congénitas o discapacidades adqui

Cuando la lámpara se apaga

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Cuando la lámpara se apaga Por: Luis Caccia Guerra Escrito originalmente para: www.mensajesdeanimo.com Autorizado para ser publicado en: www.laroca-ministerios.com.ar; www.larocaministerios.blogspot.com Qué cosa! Mis padres, ambos nacieron en un mes de Julio y partieron a la Eternidad en un mes de Octubre -de distintos años, claro está- pero nunca dejó de llamarme poderosamente la atención esa notable coincidencia. Como si Dios, el Autor de la vida,  quisiera decirme algo al respecto. En octubre de 2009, mi madre partió a la presencia del Señor. Recuerdo que en aquella oportunidad, en lugar de un “funeral”, ella tuvo una DESPEDIDA, que es otra cosa bien distinta. No fue un doloroso y desgarrador “hasta siempre”, sino un emotivo y esperanzador “hasta luego” en la más absoluta certeza de que nos vamos a volver a ver. Esta esperanza, esta certeza, fue de gran consuelo y ayuda cuando mucha gente que no entendía esto nos hacía llegar su “pésame” por la “pérdida”, por el “atraso”…

La higuera

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La higuera Por: Luis Caccia Guerra escrito originalmente para www.devocionaldiario.com Mucho es lo que se ha escrito acerca de la higuera de Mateo 21:19-22 y Marcos 11:12-14. Los expertos dicen que tanto la higuera como el olivo representan en la Biblia, la nación de Israel. Los eruditos ven con suficientes bases sobre las Escrituras; el abundante follaje que presentaba la higuera, pero en la ausencia de fruto, la hipocresía del pueblo que hacía tan poco le había ofrecido una bienvenida triunfal en Jerusalén. Más allá de todo simbolismo, y en el ánimo de hallar una aplicación devocional de este pasaje para mi vida, no puedo menos que sentirme identificado con esa higuera. Pensar en las tantas veces que presenté delante de la gente y de la congregación un “abundante follaje”… pero tristemente sin frutos aunque nadie lo notara. Como el pavo real, despliega su cola con ostentación de amplitud y colorido… pero sigue siendo un pavo. Cantaba con fervor, vehemencia y hasta con profe

No me puedo poner las zapatillas nuevas si antes no me saco las viejas

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No me puedo poner las zapatillas nuevas si antes no me saco las viejas Por: Luis Caccia Guerra para www.mensajesdeanimo.com Cuando era niño pasé algunas necesidades. A Dios gracias, al menos lo esencial nunca faltó, pero sí hubo carencias y muchas privaciones. Es por eso que hoy recuerdo uno de esos momentos de estrenar zapatillas nuevas. No era algo que ocurriera muy a menudo, por cierto, por lo que ¡significaba todo un placer quitarse las viejas y destruidas zapatillas para calzarse las nuevas! Sin embargo, hasta hace poco descubrí que había en mi vida otra clase de “zapatillas” viejas, sucias, malolientes y andrajosas; que aunque no se veían a simple vista, ¡allí estaban! Lo peor de todo es que había aprendido a caminar por la vida con ellas. Cuando era niño, las zapatillas y todo lo que recibía, tenían para mí más valor afectivo que material, ya que sabía que provenían del sacrificio de mi madre o del cariño de algún pariente. Pero caminar con las queridas zapatillitas rota